Nunca le dé al diablo una posición de oportunidad, como el pecado, para entrar en su vida. ¿Por qué? Porque aprovechará esa oportunidad y te llevará a la muerte eterna del infierno si lo dejas. Protegemos nuestros corazones y entramos en el reino del espíritu al negarle al diablo acceso a nuestros asuntos espirituales. No espere hasta que el diablo se mude y desempaque su maleta de plaga y desánimo para echarlo. No espere hasta que desempaque su angustia y descargue un gran accidente en su familia para gritarle a Dios: "¡Ayúdenos a deshacernos del diablo!" |
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