Creo que estarás de acuerdo en que es fácil sentirse normal. Vamos a trabajar, volvemos a casa, cenamos, nos acostamos, nos levantamos a la mañana siguiente y volvemos a hacerlo, se siente tan normal. Estoy segura de que así se sentía María, la futura madre de Jesús, como una adolescente más a punto de casarse. Pero todos sus planes fueron interrumpidos ya que ella era cualquier cosa menos ordinaria. Un ángel se acercó a ella y le dijo: "¡Eres muy favorecida! El Señor está contigo. Concebirás y darás a luz un hijo ... el Hijo del Altísimo" (Lucas 1:28, 31-32). Dios le dio a María lo que parecía una tarea imposible, y su respuesta fue: "Hágase conmigo como dijiste".
María era muy favorecida por Dios, pero no es difícil imaginar cuán difícil fue para ella hacer lo que Dios la llamó a hacer. Nunca es fácil dar a luz las promesas de Dios ...
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