Luego el arca descansó en el séptimo mes, el día diecisiete del mes, en las montañas de Ararat.
Durante 40 días y noches, llovió tanto que todo el mundo pereció, excepto Noé y los que estaban con él en el arca. Al final de los 150 días, el día 17 del séptimo mes, el arca descansó sobre las montañas de Ararat.
En hebreo, la palabra "Ararat" significa "la maldición se invierte". Las aguas del juicio retrocedieron, haciendo que el arca descansara sobre las montañas de Ararat, sobre un nuevo suelo donde se invierte la maldición. ¡Y sucedió el día 17 del séptimo mes en la fiesta de las primicias, la fecha exacta en que Jesús resucitó de entre los muertos 4,000 años después!
Cuando Cristo resucitó de entre los muertos, fuimos resucitados junto con Él (véase Colosenses 2:12). Los que somos en Cristo, nuestro verdadero arca, estamos en el lugar de la resurrección donde se ha invertido la maldición (ver Gálatas 3:13), donde las enfermedades, la pobreza y los fracasos no tienen derecho a operar.
Un miembro de la iglesia compartió cómo Dios lo libró de la espondilosis cervical, una condición médica que hace que la sección del cuello de la médula espinal se deteriore. Una radiografía tomada de cuatro a cinco años atrás mostró que el área de su médula espinal se estaba deteriorando rápidamente. Tenía dolor y tuvo que tomar medicamentos para controlar la enfermedad. Y cada vez que tenía una recaída, se deprimía.
Durante su última recaída, fue al médico, confiando en que Dios ya había sanado, le hicieron otra radiografía y le dieron algunos medicamentos. Tomó la medicación, todavía creyendo a Dios que había sido sanado. A la mañana siguiente, el dolor en su cuello desapareció y pudo girar la cabeza. Cuando finalmente obtuvo los resultados de sus radiografías una semana después, su médico le dijo que su médula espinal se veía mejor que la de su médico. El médico estaba muy sorprendido porque los pacientes con esta afección generalmente no mejoran. ¡Dios había invertido la maldición de la espondilosis cervical para él!
Mi amigo, como creyente, estás en un lugar sin maldiciones. ¡Estás en la zona de bendiciones donde es muy fácil que las bendiciones de Dios lluevan sobre ti!
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