Dios desea que sucedan cosas buenas para nosotros. Jeremías dice que es "el fin que esperáis" (29:11). Usted es un hijo de Dios, y se goza y se complace en bendecir a usted. Esta es su voluntad, estos son sus promesas, y es su destino. Pero para entrar en el santuario, en su cámara de oración, o donde quiera que vaya para el culto, y está viviendo una doble vida, no traerá las bendiciones. Debemos limpiar las manos de actividades que desagradan a Dios. Hay que purificar nuestros corazones por medio del arrepentimiento. No podemos vivir con un pie en el mundo y el otro en la iglesia. Dios es un Dios celoso, y Él disciplina a los que ama. ¿En qué áreas se puede descubrir que necesitan ser expiado, limpiado o lavado por la sangre de Jesús? Ven limpia ante el Señor y humillarte delante de él. Es para su beneficio y sus bendiciones; contar con ella. |
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