La Palabra del Señor fue "estima en aquellos días," quiere decir que era "raro". En el Antiguo Testamento el profeta era el portavoz de Dios. Era la voz de Dios a las naciones. Pero si los profetas estaban en silencio, la voz de Dios estaba en silencio. Si Dios está en silencio, no hay revelación, y el pueblo se desenfrena, o se salga de control (Proverbios 29:18). |
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